¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb) (1964) - Stanley Kubrick

Sinopsis: Convencido de que los comunistas están contaminando a la nación americana, un general ordena, en un acceso de locura, un ataque aéreo nuclear por sorpresa sobre la Unión Soviética. Su ayudante, el capitán Mandrake, trata de averiguar el código para detener el bombardeo. Para solucionar el problema, el presidente de EE. UU. se comunica con Moscú para convencer al dirigente soviético de que el ataque es un estúpido error. Mientras tanto, el asesor del presiente, un antiguo científico nazi, el Dr. Strangelove, confirma la existencia de la “Máquina del Juicio Final”, un dispositivo de represalia soviético capaz de acabar con la humanidad para siempre.

Crítica: El reflejo de la estupidez humana.

Satírica comedia negra convertida en otra de las obras maestras de Kubrick. Y es que ese DIRECTOR (en mayúsculas) cada vez me parece más impresionante. Cada vez que veo un film suyo me enamoro más de su cine y de sus películas. Esta no me ha parecido su mejor película (ya que para mí, sus mejores films son "La naranja mecánica" y "2001: una odisea del espacio") pero no se queda atrás.

Nada atrás.

Porque "¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú" es casi perfecta.

Con una buena historia que no es nada del otro mundo, han sabido desarrollarla con maestría de una manera irrepetible y única.

Y es que este film refleja la estupidez humana en cuanto a la guerra de forma satírica y perfecta; y ese reflejo lo transforma en seriedad y al mismo tiempo en parodia y humor.

Siendo sincero, con "Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb" no te vas a morir de risa. A duras penas vas a hacer una mínima carcajada. El film lo han pintado como una increíble comedia pero no es así.

Es una sátira, con ligeros toques de humor, pero su fin es ridiculizar, no hacer reír (aunque también).

Por eso recomiendo que nadie se espere la comedia del siglo.

Pero, aunque humorísticamente hablando no sea de lo mejor, este peliculón sigue siendo una obra maestra. Con o sin risas.

En mi opinión, lo mejor de este largometraje es el guión.

Un guión brillante, magnífico, sensacional e increíble, capaz de exprimir el cien por ciento del potencial del argumento. Por no decir que, además, consigue su objetivo de ridiculizar y de mostrar la estupidez humana en situaciones de guerra de la manera más perfecta e insuperable jamás vista.

Además, nos da escenas únicas y dichas escenas sí que tienen algo de humor. Y algunas hacen reír un poco.

En cuanto a los demás aspectos técnicos: igual de excelentes.

Unas actuaciones magníficas por parte de todo el reparto.

Una banda sonora especial y extraodinaria, e incluso bastante conocida.

Una dirección como solo Stanley Kubrick sabe hacer: ES-PEC-TA-CU-LAR.

Una fotografía sublime y de excelente para arriba.

Y todo eso y más, al unirse, forman parte de esta increíble e inolvidable obra maestra de la mano de Kubrick.

Tal vez sea uno de los films menos famosos de ese perfecto director, pero no creo que sea merecedor de eso. Merece ser más conocida, y ser más vista por más gente.

Extraodinaria y casi perfecta.

Excelente en absolutamente todos y cada uno de los apartados y sentidos, sin ninguna excepción.

Esto es buen cine, como Stanley Kubrick sabe hacerlo.

Mi nota: 9,3 sobre 10.