Sinopsis: En 1969, dos hermanos deciden realizar un viaje a través de Texas con sus respectivas novias. Ellos se meterán en problemas al cruzarse en el camino de un sheriff maníaco y son llevados a una casa de los horrores. Allí conocerán al hombre que pronto se convertirá en una leyenda, su nombre: Thomas Hewitt "Leatherface".
Aviso: la crítica contiene spoilers con una importancia casi nula.
Crítica: La salvación de la saga.
¿Era necesario haber hecho un segundo remake (en este caso disfrazado en forma de precuela) para que la saga "La matanza de Texas" vuelva a tener alguna película decente desde aquella magnífica obra dirigida por Tobe Hooper en 1974? Si Marcus Nispel se hubiera ahorrado el haber hecho ese primer remake tal vez ahora la saga tendría un nivel más alto, pero como dije en su momento, ese remake de 2004 no es tan nefasto como la 2, 3 y 4 de la saga original.
En este caso, este remake/precuela tampoco supera a la original, ni de lejos, pero es muchísimo mejor que la película que hizo Marcus Nispel. Y es que "La matanza de Texas: El origen" tiene bastantes puntos débiles, destacando por encima de todo el guión y las actuaciones, pero, esos puntos flacos no son tan pronunciados como en el otro remake, en el cual destacaban mucho, demasiado diría yo.
El guión, algo tonto dando lugar a algunas escenas algo incoherentes y estúpidas como, por ejemplo, cuando la madre adoptiva de Leatherface y el sheriff están preparando la cena, y para dar a entender que van a cocinar carne humana sueltan diálogos tales como "¿De quién será esta lengua?" y algunos más, repartidos por todo el metraje; tal vez no parezca idiota, pero, si te paras a pensar no tiene demasiada lógica.
Y la poca lógica que tiene al menos no es tan pronunciada.
Y eso es de agradecer: los fallos más destacables no destacan tanto.
Y en cuanto a las actuaciones: no son ninguna maravilla.
No actúan fatal, pero algo regular sí. Sobre todo Jordana Brewster, interpretando a Chrissie, que no termina de convencer del todo.
Todos los demás, algo regulares.
A parte de esos dos detalles, las interpretaciones y el guión, el film no tiene nada más negativo; al menos no destacable ni mencionable: como toda cualquier película puede tener pequeños fallos.
El caso es que, a pesar de tener dos fallos importantes, el film no tiene casi nada destacable. ¿Qué podría ser destacable? ¿La violencia? ¿La sangre?.
Muchas películas tienen el mismo nivel de violencia y de sangre, e incluso más, así que no se destacarían demasiado en comparación; pero al ser lo único memorable, me veo obligado a nombrarlo.
Y ahora, por nombrar algo que no es negativo depende de cómo se mire, pero que sí rebaja la calidad del film, son las escenas sexualmente morbosas que se muestran al principio del largometraje. No son gran cosa, pero no hacían nada en cuanto a argumento, y ponerlas ahí da a pensar que se ponen para atraer a los adolescentes rebosantes de hormonas disparadas hasta confines imposibles de medir.
Y, otra cosa más, sería la violencia gratuita. Una cosa es que Leatherface mate a víctimas, por "pura argumentación" y las torturas psicológicas, pero otra cosa es forzar escenas, como la "cirugía improvisada" que se le hace a su tío Monty.
Y, para finalizar, dar las gracias por dar auténtico protagonismo a Leatherface, no como en el primer remake y en las secuelas de la original.
Un buen remake, que no es ni la sombra de la original, pero es entretenido y muchísimo mejor que las secuelas y el primer remake.
Con un guión pobre y muy flojo, donde escenas incoherentes o/e inexplicables se van repartiendo por todo el metraje, pero apenas son detectables. De "el origen" tiene poquísimo, pero algo tiene.
Con bastante violencia y sangre.
Bastante mejor de lo que esperaba.
Mi nota: 5,9 sobre 10.
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