Sinopsis: La época: la Segunda Guerra mundial. El lugar: Casablanca, una ciudad de fácil acceso pero casi imposible de abandonar, especialmente si tu nombre se encuentra en la lista de los hombres más perseguidos por los nazis. El principal objetivo de los invasores es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo, cuya única esperanza es Rick Blaine, el propietario del 'Rick’s Café', un hombre que no arriesga su vida por nadie... excepto por Ilsa. Ambos encarnan a unos antiguos amantes que vuelven a unirse brevemente en el caos de la guerra. Cuando Ilsa se ofrece a cambio de un visado que consiga sacar a Laszlo del país, Rick deberá elegir entre su propia felicidad o el idealismo y las numerosas vidas que podrían salvarse.
Crítica: Un amor poco interesado.
Espectacular película de principio a fin. "Casablanca" es una de esas películas que te enamoran nada más empezar a verla. Y es que mucha gente dice que es la típica película de amor que está sobrevalorada, ya que es una película de lo más normal. Me gustaría discrepar sobre eso.
"Casablanca" no está entre las mejores 30 películas de la historia por estar sobrevalorada. Ni por ser una película "normalita" como dicen muchos.
Que a las personas que dicen eso no les guste Casablanca es algo comprensible, para gustos los colores, pero que no vayan diciendo que es sobrevalorada ya que tal vez sean ellos quien la infravaloran.
Una vez dicho eso, ya que quería comentarlo, continúo, empezando por la fotografía.
La fotografía es una de las cosas que más me impactaron.
Es completamente espectacular, cuidada de manera delicada cual pétalo de rosas.
Y es que está perfectamente hecha. Cuando tenemos en un primer plano a Ingrid Bergman (gran actriz, por cierto) podemos observar con gran claridad que los tonos se vuelven más brillantes para darle un brillo a sus ojos que dé sensación de nostalgia o tristeza, y eso lo consigue transmitir con asombrosa facilidad.
Por no hablar de los enfoques, los cuales son magníficos y acompañan a los increíbles contrastes de blanco y negro.
En cuanto al argumento... aceptable, pero desarrollado con una maestría digna de quitarte el sombrero ante ella. Un argumento desarrollado maravillosamente a lo largo de cada minuto gracias a ese guión.
Un guión espléndido, el cual está lleno de frases míticas e inolvidables, dichas por personajes inolvidables e interpretados por actores más inolvidables todavía.
Y es que las actuaciones son para recordarlas.
En especial las de Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, dos grandes del cine.
Dos grandes inolvidables.
Pero los demás actores tampoco se quedan nada cortos. En absoluto.
Además de las interpretaciones, la fotografía y todo lo que tiene que ver con el guión, querría destacar otra cosa.
Otra cosa que hace grande a este film, más de lo ya es de por sí: la banda sonora.
Una banda sonora sublime y que acompaña cada escena de una manera conmovedora y a la completa perfección.
Es como si la música que aparece en esta película fuera la media naranja del resto del film: son el uno para el otro.
Y quien también son el uno para el otro son los dos protagonistas, los cuales podemos observar que, al final del largometraje, nos enseñan algo noble y especial, dándonos un desenlace completamente extraodinario para esta obra maestra del cine.
Y nada de esto habría sido posible sin la dirección. Esa dirección completamente espectacular de la mano de Michael Curtiz.
Un trabajo conmovedor y extraodinariamente bueno.
Impresionante como ella sola.
Más que buenas actuaciones, una fotografía sublime y elegida con un gusto exquisito, además de ser propicia, una banda sonora satisfactoria e irrepetible, un guión más que bueno y una dirección merecedora del óscar que ganó.
Una gran obra maestra, sin ninguna duda.
Mi nota: 9,2 sobre 10.
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