lunes, 22 de abril de 2013

La vida es bella (La vita è bella) (1997) - Roberto Benigni

Sinopsis: Unos años antes de que comience la Segunda Guerra Mundial, un joven llamado Guido llega a un pequeño pueblo de la Toscana italiana con la intención de abrir una librería. Allí conocerá a Dora, la prometida del fascista Ferruccio, con la que conseguirá casarse y tener un hijo. Con la llegada de la guerra los tres serán internados en una campo de concentración, donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible situación que están padeciendo es tan sólo un juego.

Aviso: La crítica puede contener spoilers.

Crítica: El mejor regalo de un padre.
En 1997, Robert Benigni, director y actor, nos ofreció una película increíble.
Tal vez si digo que es conmovedora me quedaría a años luz de lo que en realidad es, ya que "La vida es bella" no se limita a mostrarnos un cúmulo de escenas dramáticas como las películas de hoy en día nos han acostumbrado, sino que además nos las transmite y hace que las sintamos en nuestra piel, haciéndonos sentir grandes cosas.
Entre esas grandes cosas se encuentran grandes sentimientos, muy variados, tanto como si fueran expuestos en un gran abanico donde durante todo el largometraje te los van exponiendo uno a uno sintiendo grandes emociones.
Y es que, como he dicho, "La vida es bella" no se limita a mostrarnos lo que queremos ver, nos enseña mucho más allá de eso, enseñándonos cosas que no vemos, pero sí sentimos y notamos, y eso, además de todo lo que conlleva todo el film, es una de las cosas que la hace grande.
Al verla nos encontramos como con dos partes: la primera, donde Guido y Dora se conocen y se enamoran, y la segunda donde vemos que han tenido a Josué (en versión original Joshua) y los llevan a los tres (a Guido y a Josué involuntariamente y a Dora para no separarse de ellos).
La primera parte, que es un compendio de sentimientos buenos, felices y agradables, nos muestra un poco la personalidad de cada personaje, haciendo que nos encaprichemos más y más con Guido y con Dora, dándonos a conocer el gran humor que tiene Guido al ser capaz de sacarnos alguna que otra sonrisa, además de sacársela a Dora.
Además de eso, ya nos vamos situando un poco en la historia y todo va viento en popa.
La cosa cambia cuando Guido, después de tantos esfuerzos por impresionar a su futura mujer y hacer que ella se enamorara de él, Dora cancela la boda con Ferruccio y se va con Guido. Seguidamente ya vemos que tienen un hijo.
Apartir de ese momento ya se nos introduce la segunda parte, que en unos momentos pegará un cambio radical, al presentarnos la parte triste del abanico de sentimientos. 
La segunda mitad de la película es triste y alegre al mismo tiempo, triste por la situación y alegre gracias a Guido, que con enormes esfuerzos intentará que su hijo se piense que están en un juego y no en un campo de concentración a pesar de todo.
Además, el final, donde Guido muere, una tragedia increíblemente chocante y desconcertante hace más cruda a la película y más triste, pero al menos se ve que Josué (o Joshua) consigue reunirse con su madre al final, y eso ayuda un poco, aunque Guido era un personaje especial, el más especial de todos.
Y "La vita è bella" no termina con solo eso. La banda sonora es increíble y magnífica, seguro que todos la han escuchado alguna vez sin antes ver la película. Y las actuaciones, acorde al nivel de la película.
Increíble trabajo.
Maravilloso trabajo por parte de todos, sobre todo por el de Roberto Benigni, al hacer de director y de actor al mismo tiempo.
Con un argumento muy bueno y contado a la perfección, "La vida es bella" se ha ganado el cariño de todos al hacernos sentir cosas maravillosas, aunque tristes algunas de ellas.
Gracias a Guido, Josué no perdió su infancia y protegió a su hijo de todo mal, y a Dora la amó siempre.
Una película hermosa. Si no existieran films de este tipo la vida en sí no sería tan bella.
Asombrosa.

Mi nota: 10 sobre 10.

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