sábado, 8 de junio de 2013

Los siete samuráis (Shichinin no samurai) (1954) - Akira Kurosawa

Sinopsis: En el Japón del siglo XVI, los pobres campesinos de un pueblo, para no tener que entregar sus cosechas a una banda de ladrones, deciden contratar a siete samuraís para que les defiendan.

Crítica: La venganza de los campesinos.
Siendo sincero, esta película no me atraía demasiado al principio. Principalmente porque las películas de samuráis no me han atraído nunca, y no estaba dispuesto a estar tres horas y media viendo algo que no me atrae. Sin embargo, el hecho de que en IMDb esté considerada la decimoséptima mejor película me llamaba la atención lo suficiente para ganar al hecho de que los films de samuráis no me atraen. Y, por esa razón, la vi.
¿Y qué me he encontrado al verla? Con una auténtica obra maestra.
Y es que con este tipo de films los prejuicios que puedas tener en un principio te hacen pasar malas jugadas, porque hacen que te pierdas obras maestras como esta. ¿Qué más da que sea de samuráis? ¿Qué más de que dure tres horas y media? ¿Qué más? 
Los prejuicios son culpables a veces de no ver peliculones como este. Siempre y cuando no hayas visto películas así antes y no sepas si te va a gustar o no.
Para empezar, me gustaría felicitar al director, el cual murió en 1998. Pero, aunque ya haya fallecido, veo necesario felicitarle; porque gracias a él existe esta obra, la cual es de una calidad impresionante, y conlleva un gran trabajo por parte de todos los aspectos requeridos para hacer este film.
Comenzando con el tema de lo que transmite, "Los siete samuráis" nos muestra a una perfección inimaginable el sufrimiento de los campesinos al no tener casi nada de comer porque los bandidos les quitan todo lo que cosechan, y el dolor que sienten. Kurosawa ha conseguido perfeccionar eso de una manera especial, única y magnífica. Y además las actuaciones ayudan bastante, ya que los actores no actúan nada mal, cada uno asumiendo una personalidad fuerte e imposible de desmoronar que los caracteriza durante todo el metraje del film.
Porque cada personaje es único; no hay dos iguales, todos tienen algo que los identifica y que los diferencia. Y eso es otro punto fuerte. Otro de muchos tantos.
Kurosawa, como dije antes, ha hecho un grandioso trabajo, pero es que no se sabe hasta qué nivel.
Gracias a su dirección y guión magistrales podemos disfrutar de una historia que sufre una evolución constante y que cuenta con una historia larga. Muy larga.
Pero tres horas y media no importan cuando se pasan volando gracias a una narración extremadamente perfecta que cuenta con un gran potencial.
Los decorados y el vestuario son sublimes, dotados de una belleza única y sensacional, y lo podremos disfrutar y admirar mientras la banda sonora y la música nos hace maravillas en los oídos. No por ser hermosa ni preciosa, sino por ser perfecta para esta película y para lo que nos muestra.
Y en eso se resumen este film: en muchísimas maravillas juntas.
¿Qué me queda decir? Que quien no la haya visto y le guste el buen cine, que está tardando, que nadie se puede perder esta película, que es una auténtica obra maestra capaz de hacernos asombrar y fascinar gracias a los tesoros que aquí se esconden.
Que nadie tenga prejuicios por durar tres horas y media, ni por ser de 1954, ni por ser de samuráis, ni por nada.
No me queda mucho más que decir. Obra maestra, con un drama efectivo, una comedia fresca y una dirección digna de admiración.
Si tengo que buscar algo malo, sería que con el doblaje pierde mucho (cosa que no tendré en cuenta, obviamente) y que se puede hacer un poco larga, lógicamente. Pero, quitando eso, mis respetos.

Mi nota: 9,5 sobre 10.

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